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Qué hacer si te acusan de falso testimonio.

¿Te acusan de falso testimonio y no sabes qué hacer? En este artículo te explico qué hacer si te acusan de falso testimonio en España.

El delito de falso testimonio.

El delito de falso testimonio, según el Código Penal, consiste en no decir la verdad en una declaración cuando se actúa en calidad de testigo durante una causa judicial.

Se entiende por causa judicial cualquier proceso que se desarrolle en un juzgado (penal, laboral, administrativo, civil, contencioso, etc.), incluido los procesos ante tribunales internacionales, como el Tribunal de Derechos Humanos de La Haya.

El típico caso de falso testimonio es cuando un testigo miente en su declaración durante un juicio. Recuerda que todos los testigos tienen obligación de decir la verdad, ya sean testigos de la acusación o testigos de la defensa.

Se considera falso testimonio cuando la declaración del testigo falta a la verdad en aspectos esenciales, no cuando se refiere a detalles intrascendentes o sin repercusión para lo que se está juzgando.

Por ejemplo, sería un falso testimonio inventarse unos hechos. También sería un falso testimonio decir que has presenciado algo cuando no es verdad, incluso si aquello que estás narrando realmente ha ocurrido.

Algunos jueces también consideran falso testimonio negar que sabes algo o decir que no has visto nada, a pesar de que es obvio que es mentira.

El delito de falso testimonio sólo se refiere a los hechos, no a las opiniones, ya que estas, por naturaleza, son subjetivas y sujetas a interpretación.

El delito de falso testimonio se castiga con hasta dos años de prisión y una multa.

Se considera un agravante mentir en una declaración en un juicio penal, es decir, cuando se juzga la comisión de un delito. El delito agravado de falso testimonio se castiga con hasta 3 años de prisión y una multa más elevada.

Presentar un testigo falso o un perito que no es imparcial también se considera falso testimonio. Se considera un agravante si el que presenta el falso testigo es un abogado o un fiscal, y el delito se castiga con una pena en su mitad superior.

Si a causa del falso testimonio, alguien resulta condenado de un crimen que no ha cometido, la pena es de hasta cuatro años y medio de prisión y una multa incluso más elevada.

Si el delito de falso testimonio lo comete un perito o un intérprete, entonces la pena se impone en su mitad superior y además se le inhabilita para ejercer su profesión o cargo público durante un período de hasta doce años.

El delito de falso testimonio puede ser parcial cuando se dicen verdades a medias, por ejemplo, ocultando algunos hechos o diciendo cosas que no son exactas. En este caso, el delito se castiga con una multa y suspensión de empleo si el testigo es un perito o un cargo público.

Si el testigo se retracta de su falso testimonio antes de que el el juez dicte la pena, entonces queda exonerado, es decir, que el primer testimonio no se tiene en cuenta y por lo tanto, no se considera delito.

Si el testigo no se retracta de su falso testimonio, pero el acusado no resulta condenado, entonces se le impone una pena menor (el delito se reduce en un grado).

La defensa legal ante una acusación de falso testimonio.

Tu abogado es la persona más indicada para diseñar la estrategia de defensa ante una acusación de falso testimonio, pero aquí tienes algunas de las estrategias de defensa más utilizadas en un caso de falso testimonio:

La declaración no tuvo ninguna transcendencia.

Una posible estrategia de defensa es demostrar que el testimonio supuestamente falso no ha tenido ninguna transcendencia en el resultado del juicio.

Puede que un testigo haya mentido respecto a algo de poca importancia, como la fecha o el lugar de los hechos; pero si su declaración no tuvo transcendencia en la decisión del juez, entonces no existe el delito de falso testimonio.

El testigo pensaba que lo que decía era verdad.

Para que haya delito de falso testimonio no basta con demostrar que lo que decía el testigo no era verdad, es necesario que el testigo dijera una mentira a sabiendas de que no era verdad.

Esto es algo muy difícil de probar, por eso es tan difícil demostrar que se ha producido un delito de falso testimonio, y que no se trata de un error de interpretación de los hechos o de un simple fallo de memoria.

Si un testigo pensaba que estaba diciendo la verdad, aunque en realidad lo que decía era mentira, no se le puede acusar de falso testimonio, tan sólo de estar equivocado en sus apreciaciones o en el relato de los hechos.

El testigo se vio obligado a ocultar la verdad.

A veces, un testigo se ve obligado a declarar en contra de delincuentes muy peligrosos que le han amenazado de muerte si declara en su contra.

En este caso, puede que el testigo tenga miedo de decir la verdad y relatar lo que ha visto, porque piensa que los delincuentes van a tomar represalias contra él o contra su familia.

En estos casos, los jueces suelen ser comprensivos y nunca imputan a los testigos un delito de falso testimonio, especialmente si el testimonio se hace de forma pública en el juicio.

Lo que decía el testigo era verdad.

Una forma fácil de desmontar una acusación de falso testimonio es demostrar que el testigo decía la verdad.

Si un testigo dice la verdad, es imposible que esté cometiendo un delito de falso testimonio.

Pero demostrar que lo que dice el testigo es verdad a veces no resulta tan fácil, especialmente si hay otros testigos que le contradicen.

El testimonio no se hizo bajo juramento.

Un testigo sólo puede cometer un delito de falso testimonio si dice una mentira cuando está bajo juramento. Si la mentira se dice en otro lugar que no sea un juicio, entonces no se le puede imputar un delito de falso testimonio.

El testigo se ha retractado.

Puede que un testigo cometiera un delito de falso testimonio en una primera declaración, pero luego se ha retractado, enmendando la misma. En este caso, no se le puede acusar de falso testimonio, puesto que la primera declaración ha dejado de tener efecto y nadie ha salido perjudicado.

Cuando un testigo se retracta de lo dicho, esto deja de tener valor jurídico, a menos que haya indicios de que estaba diciendo la verdad y que ahora miente, por ejemplo si se demuestra que ha sido amenazado a raíz de su primera declaración.

Sin embargo, si la primera declaración ha tenido consecuencias legales, por ejemplo, si por culpa de la declaración alguien ha sido injustamente condenado a prisión, entonces sí que se le puede imputar al testigo un delito de falso testimonio.

Qué hacer si te acusan de falso testimonio.

Si te acusan de un delito de falso testimonio en España, deberías hacer lo siguiente.

Mantén la calma.

Para hacer frente a una acusación de falso testimonio, lo primero que tienes que hacer es mantener la calma, aunque debes ser consciente de que tienes un grave problema. Si no te lo tomas en serio, una acusación de falso testimonio te puede llevar a la cárcel.

En España, quien acusa tiene la carga de la prueba. Es decir, que la persona que acusa tiene que demostrar con pruebas (obtenidas legalmente) que has cometido algún delito.

Muchas personas acusadas de un delito grave como el falso testimonio pasan por una fase de negación y no hacen nada hasta que ya es muy tarde para organizar su defensa legal.

Supongamos que alguien te acusa de falso testimonio y no te tomas en serio la acusación, porque piensas que se trata de algo sin importancia. Si no tomas inmediatamente medidas, te puedes encontrar con una condena que te puede llevar a la cárcel.

Busca un abogado experto en Derecho Penal.

Si te acusan de falso testimonio, lo primero que debes hacer es buscar un buen abogado, cuanto antes, mejor. Pero no contactes con cualquier abogado, busca un abogado penalista que sea experto en la defensa de personas acusadas de un delito de falso testimonio.

Una acusación de falso testimonio es un asunto demasiado serio como para ponerse en manos de cualquier abogado. Muchos abogados trabajan sobre todo en temas civiles y de familia (divorcios y demás), no son especialistas en Derecho Penal.

Tu abogado te informará de tus derechos, por ejemplo, si tienes obligación de permitir a la policía que registre tu vivienda.

También te informará de la pena que te podría caer si resultas condenado por un delito de falso testimonio.

También te dará consejos sobre lo que debes o no debes decir durante el juicio.

También te aconsejará sobre la conveniencia de llegar a un acuerdo con el fiscal para que reduzca la gravedad de la acusación.

Una vez que hayas encontrado un buen abogado penalista, tienes que confiar plenamente en su criterio.

Lo ideal es que el juez de instrucción archive la denuncia, pero un buen abogado debe estar preparado para llegar a juicio si es necesario.

Por desgracia, muchos abogados tienen miedo de ir a juicio y buscan llegar a una conformidad con fiscalía admitiendo la culpabilidad de su defendido a cambio de una reducción en la pena, sin ni siquiera intentar una defensa.

Hay quien piensa que porque tengas un abogado particular, los jueces pensarán que eres culpable. De hecho, ocurre al contrario, si tienes un abogado desde el primer momento en que alguien te acusa de haber cometido un delito, es más probable que puedas demostrar tu inocencia.

Si no haces nada para desacreditar las pruebas que aporta la acusación, es mucho más probable que te condenen en un juicio.

Según la Constitución, toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Sin embargo, si no cuentas con un buen abogado que te ayude a desmontar la versión de la acusación, puede que finalmente demuestren tu culpabilidad.

Importante: no ocultes información a tu abogado pensando que algo no es relevante o que no va a salir en el juicio, porque mi experiencia es que siempre sale.

Si en el juicio sale algo que tu abogado desconocía, no tendrá preparada una estrategia de defensa y el caso se puede torcer en tu contra, porque puede que los hechos te dejen en muy mal lugar.

No hables con nadie sobre el tema.

No hables con nadie sobre la acusación de falso testimonio. Esto incluye amigos, familiares o compañeros de trabajo, ya que el fiscal podría citarlos como testigos para que declaren en el juicio.

Recuerda que los testigos están obligados a decir la verdad en un juicio y que casi nadie se atreve a cometer un posible delito de falso testimonio e ir a la cárcel por salvarte a ti, por muy amigos tuyos que sean.

No declares en comisaría, es tu derecho.

Salvo que tu abogado te diga lo contrario, no digas nada si te llaman a declarar en comisaría (es tu derecho constitucional). Esto es lo que hacen los delincuentes habituales, por algo será.

Casi siempre es mejor esperar a dar tu versión de los hechos delante del juez de instrucción, una vez que tu abogado haya podido ver los cargos que tienen contra ti.

No pienses que el hecho de acogerse a tu derecho a no declarar en comisaría te hace parecer culpable. Acogerse a tu derecho a no declarar en comisaría no indica nada sobre tu culpabilidad.

Otra cosa sería negarse a declarar ante el juez, pero para ese momento tu abogado habrá podido ver los cargos y te habrá aconsejado sobre lo que tienes que decir.

Puede que no hayas hecho nada y que seas totalmente inocente de lo que se te acusa, pero también puede ocurrir también que, sin buscarlo, te hayas metido en un lío. Declarando en comisaría no vas a arreglar nada y tan sólo puedes empeorar las cosas.

No intentes convencer a la policía de tu inocencia.

Si alguien te acusa de falso testimonio, aunque sea una acusación falsa o un error, no cedas a la tentación de intentar convencer a la policía de que no has cometido el delito de que te acusan. Lo mejor es decir, NO voy a decir nada si mi abogado no está presente.

Tu abogado es el único capacitado para valorar si tu participación en los hechos de que se te acusa suponen, por ejemplo, un caso de colaboración necesaria, de encubrimiento, o de causa mayor.

Salvo que te lo aconseje tu abogado, lo mejor es permanecer callado y no responder a las preguntas de la policía. Es la única opción que, al menos, te asegura que no vas a empeorar las cosas.

No te preocupes, que tendrás tu oportunidad para dar tu versión de los hechos cuando estés delante del juez. El hecho de no haber declarado en comisaría no te hace parecer culpable a sus ojos, pero si dices algo que pueda perjudicarte, luego es muy difícil desdecirse, ya que no resulta creíble.

Además, todo el mundo está tan nervioso cuando declara ante la policía, especialmente si eres inocente, que es muy posible que, al contar tu versión de los hechos, olvides algunos detalles que quizás recuerdes cuando estés delante del juez.

El hecho de que la versión que has dado a la policía no coincida exactamente con la que das delante del juez puede parecer que estabas ocultando cosas, o que te has inventado algo, aunque en realidad sea tan sólo un fallo de memoria debido a los nervios. Por eso, es mejor acogerse a tu derecho a no declarar delante de la policía.

Es mucho mejor explicar tu versión de los hechos a tu abogado durante la reunión en privado a la que tienes derecho. Tu abogado es quien puede valorar si tienes algo que ver con aquello de lo que se te acusa o si se trata de un error. Puede que tu participación en los hechos, por pequeña que sea, pudiera ser constitutiva de un delito de colaboración o de encubrimiento. Por eso es mejor dejar que sea tu abogado el que te diga qué es lo que deberías declarar ante el juez.

Recuerda que la policía no está para decidir si eres inocente o culpable, sino para investigar los hechos por orden del juez.

No mientas a la policía.

Si la policía te pregunta algo, nunca mientas. Mentir siempre te deja en un mal lugar, además de que podría constituir un delito de entorpecimiento a la justicia.

Es mejor acogerse a tu derecho a no declarar que insistir en algo que luego se puede demostrar fácilmente que no es verdad.

Escribe un relato de los hechos.

Escribe en un relato pormenorizado de tu versión de los hechos. Esto te ayudará a recordar hasta el último detalle.

Dale una copia del relato a tu abogado, para que se haga una idea clara de lo que ha ocurrido.

Busca pruebas de tu inocencia.

Intenta reunir pruebas de que eres inocente y de que tú no has cometido los hechos que se te imputan.

Recuerda que la policía o la persona que te ha denunciado es quien tiene que demostrar que eres culpable; mientras tanto, se presume que eres inocente.

Después de una acusación por un delito de falso testimonio, especialmente si se trata de un error, es necesario reunir las pruebas que demuestren tu inocencia y entregarlas a tu abogado. Sobre todo, no dejes que caigan en manos de la policía, que podría utilizarlas en tu contra.

Mientras estás buscando pruebas de tu inocencia, puede que encuentres algo que te perjudica. No lo destruyas ni lo ocultes, porque esas cosas, al final, terminan saliendo a la luz. Destruir u ocultar pruebas te deja en muy mal lugar y hace que parezcas culpable a los ojos del juez.

Si encuentras algo que te perjudica, habla primero con tu abogado, que te aconsejará sobre la mejor manera de tratar el tema y te ayudará a trazar una estrategia de defensa para demostrar tu inocencia, a pesar de la existencia de pruebas en tu contra.

Haz una lista de todos los posibles testigos.

Si sabes de alguien que podría testificar sobre a tu favor en el juicio, intenta conseguir su número de teléfono, pero no lo llames, espera a que lo haga tu abogado. Incluye junto a cada uno de los posibles testigos una breve biografía y un comentario sobre qué es lo que pueden aportar en tu caso.

No te limites sólo a los testigos que pueden testificar a tu favor. Incluye en la lista también aquellos que piensas que pueden testificar en tu contra y deja que sea tu abogado quien decida si merece la pena hablar con ellos antes del juicio para saber lo que van a decir.

No dejes a nadie fuera de la lista pensando que su testimonio no es relevante, deja que sea tu abogado quien decida quién es relevante y quién no lo es. A veces, testigos que el acusado piensa que no son relevantes resultan ser los más importantes para su caso

Defiende tu inocencia.

Si te acusan falsamente o por error de cometer un delito, lo normal es que se pueda demostrar fácilmente tu inocencia y cualquier abogado puede conseguir que el juez de instrucción archive la causa y que te vayas a casa sin ni siquiera un antecedente penal.

Sin embargo, a veces las cosas se tuercen. Muchas personas que han sido acusadas falsamente o por error de un delito tienen que ir a juicio para demostrar su inocencia. Ante esta posibilidad, por miedo a perder el juicio, hay abogados que prefieren llegar a un acuerdo con fiscalía para que reduzca el grado de la acusación y el juez te condene por un delito menor.

Pero un buen abogado no se asusta fácilmente e irá a juicio para demostrar tu inocencia delante del juez. Una vez que el juez te haya declarado inocente de todos los cargos, tu abogado puede demandar a la persona que te ha denunciado falsamente o a la administración de justicia para reclamar una indemnización por el tiempo pasado en prisión o por difamación.

La indemnización debería compensar, al menos, los gastos a los que has tenido que hacer frente para defenderte de la falsa acusación (costas legales), así como el sufrimiento y la carga emocional que supone verse acusado de algo que no has hecho y ante la posibilidad de entrar en la cárcel siendo completamente inocente.

Consorcio Nacional de Abogados